GUIÓN TEATRAL:" LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS"
GUIÓN TEATRAL
"LOS GALLINAZOS SIN
PLUMAS"
(Julio
Ramón Ribeyro)
Escena 1
NARRADOR:
Ésta es la historia de Efraín y Enrique, dos niños explotados por su abuelo, Don Santos, quien mantiene un
cerdo engordándolo para venderlo, y son los niños quienes deben buscar la
comida para el cerdo, Don Santos es un viejo de mal carácter que abusa de su
poder por su pierna de palo.
Entra Don
Santos a una habitación, de reducido espacio y dos camas. El espacio está
ambientado con plásticos, cubetas, palos y algunos desperdicios.
DON
SANTOS: ¡Arriba holgazanes! ¡Pronto, deprisa que ya amanece! (con su vara
golpea levemente a los niños aun recostados).
EFRAÍN:
Por favor abuelo, déjanos dormir un poco
más, aún no ha salido nadie.
DON
SANTOS: ¡Flojos, eso son, unos flojos que no quieren trabajar, con que
comeremos si ese cerdo no engorda! ¡Arriba he dicho! ¡Ni un minuto más!
ENRIQUE:
Esta bien abuelo, ya vamos, espéranos un poco.
NARRADOR:
Los niños deben levantarse muy temprano, a las cuatro de la mañana, cuando aún
la gente no sale de sus casas, las beatas se dirigen a las iglesias, los noctámbulos
caminan penosamente por las calles y los gallinazos sin plumas despiertan.
EFRAÍN:
Enrique debemos apresurarnos, ya casi sale el sol.
ENRIQUE:
¿No estás cansado?
EFRAÍN: Si
no vamos el abuelo nos golpeará con el palo, mejor vamos rápido. (Ambos niños
salen de la escena con rostro de cansancio).
Escena 2
El
escenario es una calle con botes de basura y los niños se encuentran recogiendo
la basura, en los botes hay todo tipo de objetos.
EFRAÍN:
¡Mira, es una pera! como se nota que la gente de estos lados tiene mucha comida
como para botarla así.
ENRIQUE:
Si, pero nosotros no podemos darnos el lujo de botar nuestra comida.
EFRAÍN:
Hace unos días oí al abuelo disfrutar un buen plato de comida.
ENRIQUE:
Si, yo también, a veces pienso que no se preocupa por nosotros, casi no comemos
nada, es más, creo que me voy a enfermar, me siento muy débil.
EFRAÍN: No
hermano, no podemos enfermarnos, el abuelo se molestará mucho si no llevamos la
comida para Pascual, ya viste que cada vez se está poniendo más grande y gordo.
ENRIQUE:
Mira lo que me encontré, esta cajita me servirá muy bien para guardar cosas ¿no
lo crees?
EFRAÍN:
Si, creo que te servirá muy bien.
ENRIQUE:
Ven, vamos al siguiente bote de basura.
NARRADOR:
La vida no es muy justa para estos niños, a veces la policía puede echar a
perder la jornada y todo está perdido, pues Don Santo los regaña si el cerdo no
está satisfecho con la ración de desperdicios.
Aparece en
la escena el policía custodiando las calles y de pronto ve a los niños hurgando
la basura.
POLICÍA:
Deténganse niños, no pueden estar aquí.
ENRIQUE:
¡Ahora que hacemos, la policía nos atrapará!
EFRAÍN:
¡Corre!
POLICÍA:
¡Alto niños! vuelvan aquí.
ENRIQUE:
Señor policía (casi sollozando), por favor nonos lleve el abuelo nos golpeará
con el palo sino llevamos la comida para Pascual.
POLICÍA:
¿Abuelo? ¿Pascual?, no deberían estar trabajando, los niños deben estar en la
escuela, aprendiendo, no aquí recogiendo la basura.
EFRAÍN: Lo
sabemos señor policía, pero el abuelo es quien manda.
POLICÍA:
No niños, su abuelo no puede explotarlos, es contra la ley, él debe ir preso.
ENRIQUE:
¡No! vámonos Efraín.
Los niños
salen corriendo de la escena el policía trata de seguirlos.
Escena 3
Don Santos
los espera con el café recién preparado
DON
SANTOS: A ver, ¿qué cosa me han traído? (husmeando en las cubetas) ¡Idiotas!
¿Qué han hecho hoy día? ¡Se han puesto a jugar seguramente! ¡Pascual se morirá
de hambre!
ENRIQUE:
Perdón abuelo, hoy nos atrapó la policía y tuvimos que dejar media calle sin
recoger.
DON
SANTOS: ¿Acaso son tontos para dejarse atrapar por la policía? ¡Esas son
excusas para no trabajar, son unos flojos! hoy no habrá comida, a ver si así
aprenden a hacer bien su trabajo.
Los niños
se retiran a su cama llorando por la riña se su abuelo
EFRAÍN: Ya
ves Enrique, hicimos que el abuelo se enoje con nosotros, no nos dará de comer
hoy, nos moriremos de hambre.
Escena 4
NARRADOR:
Así van transcurriendo los días de estos niños, la persona interesada en
comprar a Pascual es un hombre gordo de muy mal aspecto, todos lo conocen
simplemente como el carnicero.
VENDEDOR:
Muy bien, muy bien, ya hay tres menos en la lista, esta semana me ha ido muy
bien, debo revisar bien cada una de las casas, no se me vaya a olvidar alguna y
el negocio se me echa a perder. ¡Valla, valla! se me olvidaba una, la casa de
Don Santos, creo que iré la próxima semana, (riendo) ese viejo es como el diablo,
no tiene piedad ni con su propia familia.
En el
malecón los niños buscan desperdicios
para Pascual.
ENRIQUE:
¿Qué encontraste Efraín?
EFRAÍN: No
mucho, solo algunas verduras a medio podrir, ¿qué encontraste tú?
ENRIQUE:
Los perros dejaron rastros de comida por aquí, tal vez llene los cubos.
EFRAÍN: El
abuelo estará muy feliz hoy, creo que el hombre extraño que iba a comprar a
Pascual iba a venir por estos días.
De regreso
a casa encuentran al comprador de Pascual con las manos manchadas de sangre.
VENDEDOR:
Dentro de veinte o treinta días vendré por acá, para esta fecha creo que podrá
estar a punto.
DON
SANTOS: Muy bien, supongo que la paga será buena, mi querido Pascual está muy
bien alimentado.
VENDEDOR:
Claro que sí, por eso no debe preocuparse, si me venden un buen cerdo recibirán
un buen dinero (se retira de la escena)
DON
SANTOS: ¿Y ustedes que hacen escuchando ahí? Espero que se hayan esforzado, ya
saben que Pascual debe engordar más para dentro de un mes, no debe dormirse en
sus laureles, tienen mucho trabajo. (Toma las cubetas) ¡Bravo!, tendremos que
repetir esto dos o tres veces por semana.
NARRADOR:
Así pasaron los días, los niños, iban al malecón dos a tres veces por semana,
ya eran parte de la fauna que allí yacía, los gallinazos y los perros buscaban
entre la basura y dejaban ver ciertos desperdicios que eran aprovechados por
los niños.
Escena 5
EFRAÍN:
¡Ha!
ENRIQUE:
¿Qué sucede?
EFRAÍN:
¡Me he cortado con un vidrio!
ENRIQUE:
Está muy profundo, vayámonos a casa antes que los perros huelan la sangre
EFRAÍN:
¡Me duele mucho!
Llegan a
casa, Efraín se apoya en el hombro de Enrique.
DON
SANTOS: ¿Que hacen aquí?, ¡vuelvan o les juro que esta vez no tendré piedad en
la zurra que les voy a dar!
ENRIQUE:
No abuelo, por favor déjalo descansar, se ha cortado la pierna con un vidrio y
le duele mucho.
DON
SANTOS: (acercándose a Efraín para analizar la herida) ¡Esas son patrañas! Que
se lave el pie en la acequia y que se envuelva con un trapo.
ENRIQUE:
¡Pero si le duele!
DON
SANTOS: ¿Y a mí? ¿Acaso no me duele la pierna? Yo tengo setenta años y aun
trabajo ¡Hay que dejarse de mañas!
ENRIQUE:
Por favor abuelo, déjalo que descanse, yo trabajaré el doble por él.
DON
SANTOS: Muy bien, trabajaras por tu hermano, pero la ración será la misma o te
cae una buena zurra, ¿entendido?
ENRIQUE:
Si abuelo. (Toma las cubetas y sale de la escena)
NARRADOR:
Al día siguiente Enrique regresa con un extraño acompañante.
ENRIQUE:
Lo encontré en el muladar.
DON SANTOS:
¡Una boca más en el corralón!
ENRIQUE:
No abuelo, no le hagas nada, tiene una buena nariz y sirve para encontrar
comida para Pascual.
Don Santos
meditando mira al cielo y sale de la escena con las cubetas.
ENRIQUE:
Mira Efraín, te traje un amigo para que no te sientas tan solo.
EFRAÍN: Tú
te llamarás Pedro ¿Y el abuelo?
ENRIQUE:
(encogiendo los hombros) El abuelo no dice nada.
NARRADOR:
El ambiente en la casa es tenso, y se percibe cierta preocupación, al día siguiente
Enrique amanece enfermo.
DON
SANTOS: No es posible, ¿ahora tú? Yo mismo me encargaré de esto (sale con las
cubetas de la escena y luego regresa de mal humor)
EFRAÍN:
¿Qué pasó abuelo?
DON
SANTOS: ¿Qué esperaban?, la pierna de palo no me deja caminar.
NARRADOR:
Pasaron días muy angustiosos, Pascual no dejaba de gruñir, su hambre cada vez
aumentaba más y nadie podía trabajar.
DON
SANTOS: ¡Arriba, arriba! (golpeando a los niños) ¡A levantarse haraganes! ¿Hasta
cuándo vamos a estar así?
ENRIQUE:
Abuelo, yo iré pero no le hagas nada a Efraín, pie está demasiado hinchado.
DON
SANTOS: Lleva todas las cubetas, quiero que estén llenas cuando vuelvas.
Enrique
sale de la escena
NARRADOR:
Enrique sale a buscar comida para
Pascual, pero el hambre del animal y la falta de bondad de Don Santos lo
obligan a hacer un acto deshumanizado.
ENRIQUE:
Efraín, ¿Dónde está Pedro?
EFRAÍN:
(llorando) Pedro ha mordido al abuelo y él se lo llevó. ¡Se lo llevó Enrique!
ENRIQUE:
(asustado) ¡Abuelo, abuelo! ¿Dónde está Pedro?
Don Santos
permanece inmóvil mirando hacia el cerdo con cierta satisfacción.
ENRIQUE:
¡No! ¿Por qué? ¡Por qué lo has hecho abuelo? (enojado) ¡cobarde! ¡Voltea,
voltea!
Enrique
golpea al abuelo y este cae hacia el corralón.
DON
SANTOS: ¡A mí, Enrique, a mí!
ENRIQUE:
¡Pronto Efraín, pronto! ¡El viejo se ha caído, es nuestra oportunidad para
huir!
EFRAÍN: ¿A
dónde?
ENRIQUE:
¡A donde sea, al muladar, donde podamos comer algo, donde los gallinazos!
EFRAÍN:
¡No me puedo parar!
ENRIQUE:
Yo te ayudo, vayámonos.
En la
calle se encuentran al policía
POLICÍA:
¿A dónde van niños?
EFRAÍN:
Donde sea, nos vamos de aquí (se alejan)
POLICÍA: A
veces la justicia tarda, pero llega.
NARRADOR:
Los niños se fueron buscando un mejor destino y desde el chiquero llegaba el
rumor de una batalla.
Comentarios
Publicar un comentario